La vida sana implica entre otras cosas una alimentación equilibrada y actividad física, pero cuando no nos hemos preocupado la mayor parte de nuestra vida de mantenernos el cambio es bien difícil, sobretodo para una mujer vanidosa que quiere tener el cuerpo perfecto y correr por la playa sin que se mueva ni un músculo, y es que todo seria mas fácil si la sociedad no se preocupara tanto de lo físico y se fijara mas en el intelecto, pero hoy en día la cabeza no basta, si no tienes un buen físico te sientes discriminada y completamente rechazada, llega a ser cómico ver los gimnasios hoy en día te encuentras de todo, desde la gordita coquetona hasta la flaca regia que solo va al gimnasio a lucir sus bellas calugas y su lindo trasero.
Y es que cuando llegas aun gimnasio es otro mundo, otro aire, en la entrada por lo general te encuentras con póster de mujeres y hombres tonificados, son pura fibra y cuando te quedas mirando estas imágenes desde tu bicicleta estática te recuerdas esas hermosas tardes comiendo algo rico viendo el televisor y te preguntas con lo que te queda de aire porque yo, porque no empecé antes y es que si no hubiera ido tanto al Mc Donalds no sufriría así, pero lejos lo peor de lo peor es cuando la persona a cargo agarra el charchometro y te mira con cara de haber gordita vamos midiendo tu cantidad de grasa, y es que aunque miras para ambos lados no ahí nadie mas, si eres tu la que tienes que pasar por una de las pruebas mas difíciles de la vida, enfrentarte a tu cuerpo, es el minuto de enfrentarse a la realidad, tienes que meterte al cuarto de medición y te garran lo que para ti era el rollito coqueto con una maquina que dice cuantos dulces, cuantas bebidas y cuantos pancitos te has comido en tu sedentaria vida, y como buen chileno empiezas a justificarte diciendo, hay que atroz no sabes lo estresada que estoy y tengo una ansiedad que te morí, pero no estaba así, de hecho era bien flaca pero tu sabes el sedentarismo y la vida de hoy no te da tiempo de nada, y la medidora de grasa te mira con esa cara de otra mas con la misma chiva y es cuando tomas una de las mejores decisiones de tu vida quedarte callada y asumir la culpa.
Entonces sales de ahí con la moral por el suelo, te subes a esa maquina cardiovascular y solo te centras en las calorías que vas eliminando, tu mente solo puede pensar en que ya basta de esto, calculas cuantos meses quedan para el verano, imaginas los kilos que bajarías por mes y cuantos harás en total y entonces empiezas a sentirte mejor, ya empezaste nadie podrá detenerte ni ese rico pie de limón que te estaba echando el ojo desde tu refrigerador, ya no mas, ahora serás una toda una deportista, tu closet estará lleno de ropa deportiva y tu mp3 solo estará lleno de música estimulante y esperas como espera un niño la navidad la próxima medición, porque sabes que ahora estarás ahí parada orgullosa de tu logro...
Y es que cuando llegas aun gimnasio es otro mundo, otro aire, en la entrada por lo general te encuentras con póster de mujeres y hombres tonificados, son pura fibra y cuando te quedas mirando estas imágenes desde tu bicicleta estática te recuerdas esas hermosas tardes comiendo algo rico viendo el televisor y te preguntas con lo que te queda de aire porque yo, porque no empecé antes y es que si no hubiera ido tanto al Mc Donalds no sufriría así, pero lejos lo peor de lo peor es cuando la persona a cargo agarra el charchometro y te mira con cara de haber gordita vamos midiendo tu cantidad de grasa, y es que aunque miras para ambos lados no ahí nadie mas, si eres tu la que tienes que pasar por una de las pruebas mas difíciles de la vida, enfrentarte a tu cuerpo, es el minuto de enfrentarse a la realidad, tienes que meterte al cuarto de medición y te garran lo que para ti era el rollito coqueto con una maquina que dice cuantos dulces, cuantas bebidas y cuantos pancitos te has comido en tu sedentaria vida, y como buen chileno empiezas a justificarte diciendo, hay que atroz no sabes lo estresada que estoy y tengo una ansiedad que te morí, pero no estaba así, de hecho era bien flaca pero tu sabes el sedentarismo y la vida de hoy no te da tiempo de nada, y la medidora de grasa te mira con esa cara de otra mas con la misma chiva y es cuando tomas una de las mejores decisiones de tu vida quedarte callada y asumir la culpa.
Entonces sales de ahí con la moral por el suelo, te subes a esa maquina cardiovascular y solo te centras en las calorías que vas eliminando, tu mente solo puede pensar en que ya basta de esto, calculas cuantos meses quedan para el verano, imaginas los kilos que bajarías por mes y cuantos harás en total y entonces empiezas a sentirte mejor, ya empezaste nadie podrá detenerte ni ese rico pie de limón que te estaba echando el ojo desde tu refrigerador, ya no mas, ahora serás una toda una deportista, tu closet estará lleno de ropa deportiva y tu mp3 solo estará lleno de música estimulante y esperas como espera un niño la navidad la próxima medición, porque sabes que ahora estarás ahí parada orgullosa de tu logro...