Nada es casualidad, nuevamente sonaron hoy esas palabras en mi mente, luego de una mágica conversación con una mujer tremendamente sabia, una mujer que desde la primera vez que la vi, sin entender, sentí una gran admiración, una mujer que luego de hoy siento que la conozco un poco mas, quien abrió su corazón y me conto parte de su historia, ella, sin darse cuenta, ilumino mi corazón dañado y me transmitió el perdón, el real perdón, ese que viene desde dentro, desde el alma, ese que no busca nada más que la paz.
Que maravilloso es poder tomar conciencia de las señales que nos entrega la vida, de esos aprendizajes que vamos obteniendo. El hecho de haber escrito “Darse Cuenta” abrió mi sensibilidad a estos mágicos sucesos, que como hoy marcan mi existencia humana.
Siempre me he admirado mi gran capacidad de resiliencia, la que me ha hecho sentirme orgullosa y casi especial por tenerla, pero hoy me doy cuenta que me falta tanto, que me falta madurar y aprender de la experiencia de la vida, de la sabiduría que nos entrega el tiempo, no porque hayamos sobrellevado un par de situaciones traumáticas significa que ya lo hemos vivido todo, todo lo contrario, estamos un poquito más preparados para lo que viene, sobre todo si eso que viene es algo desconocido, porque debemos enfrentarlo atentamente, rodearlo y mirarlo desde todos sus ángulos, buscando el porqué viene, que me quiere enseñar la vida con esto, aunque parezca una gran desgracia, todo es por algo, pero no como pensaba antes, de que era por algo mejor, no necesariamente, puede ser mejor, pero puede también, solo ser, y venir a tu vida, solo para enseñarte algo que te faltaba, y quién sabe si es para entender algo en tu pasado o para utilizarlo más adelante, lo importante es tomar consciencia de que vino por alguna razón y hoy vino el perdón a iluminar mi corazón dañado, ya siento que entro en el, y siento que lentamente y con paciencia, empezara a trabajar, para que un día, logre respirar profundamente y diga con toda la honestidad del corazón, Te Perdono!!...
